Sr. Director: En verano siempre me cuesta Dios y ayuda mantenerme informado en los periódicos. Los dimes y diretes consuetudinarios entre políticos desaparecen de las portadas y pasan a ocuparlas los parricidios, filicidios y la sempiterna violencia de género. Por mucho que se esfuerza el periodista en usar eufemismos para que suene menos hiriente lo que escribe, no lo consigue. Y no se le echo en cara, porque no existe forma de almibarar lo que está sucediendo este verano. -Algunos de los titulares-: «Rescatan un bebé de la basura. Madrid». «Acaba con la vida de sus dos hijas de 9 y 4 años con una sierra radial». «Quema viva a su expareja de 27 años. Las Palmas». Etc. Y la última vesania: «Los cuerpos de Laura y María han sido hallados quemados y cubiertos con cal viva». Yo no sé si nos estamos volviendo todos locos o por separado, pero me cuesta trabajo encontrar un verano que haya sido tan aciago como este. «Dios no juega a los dados», cita de Bohr. Lo que significa que esto sucede porque hay algo que no lo estamos haciendo bien. Jon García Rodríguez