Sr. Director: En el día de Jueves de Santo, día de la institución del Sacramento del Sacerdocio, es necesario valorar más que nunca este sacramento absolutamente necesario, porque sin  el Sacerdocio no hay Iglesia: la esencia de la Iglesia es la Eucaristía. Es necesario valorar más el sacerdocio, porque los sacerdotes son objeto de una persecución sin precedentes, como son las falsas acusaciones con la única finalidad de  extorsionarlos y sacarles dinero. Ciertos medios de comunicación se hacen eco con evidente mala intención de cualquier noticia falsa que tenga como finalidad el desprestigiar a la Iglesia Católica en sus sacerdotes. Para Santo Tomás de Aquino la fuente del sacerdocio es Cristo, porque el sacerdote obra en su persona. La función propia del sacerdote es la de mediador entre Dios y el Pueblo Fiel, pues entrega al pueblo las cosas divinas: el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo bajos las especies sacramentales de pan y vino (Transubstanciación) y el perdón de los pecados en el Sacramento de la Penitencia (Reconciliación), el sacerdote usa el poder del perdón como instrumento y ministro de Dios. Esto es la esencia de la misión sacerdotal. Pero como afirma el Doctor Angélico, el sacerdote movido por un instinto, no siempre impone toda la pena debida por los pecados, no sea que un pecador débil se desespere por  la grandeza de la pena y se aparte totalmente de la penitencia. Esto es precisamente lo que pide el Papa Francisco a los sacerdotes: aplicar la misericordia no el rigor moralista porque la Misericordia es la Esencia de Dios. Fidel García