Sr. Director:
Cuarenta años después de su incorporación, la del Reino Unido a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE), hoy Unión Europea (UE), el país (RU) sigue sin asumir la realidad de lo que eso comporta y coquetea con su salida.
Sus líderes saben que no hay futuro fuera de Europa, pero se resisten a asumir las consecuencias lógicas que exige la pertenencia a este club. Se mire donde se mire, es evidente que no hay alternativa a la Unión, más que avanzar hacia ese horizonte que planteaba Churchill en 1946. Pero falta un proyecto ilusionante, alma y corazón. El frío interés, por sí solo, no basta para hacer avanzar el ideal de la Unión.
JD Mez
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26/04/24 05:50