Sr. Director:  

La nueva Arabia Saudita de Salman, el príncipe heredero, tiene entre sus proyectos una gigantesca inversión de medio billón de dólares en infraestructuras y la fundación de una nueva capital ultramoderna, y está empeñada en atraerse las simpatías de las potencias occidentales. Para ello ha impulsado una Fundación cultural, artística y económica, sin vínculos islamistas, a la que se ha puesto el nombre de un antiguo perfume oriental llamado “Misk”. Todo ello regado con la abundancia de los petrodólares, un perfume que siempre ha tenido un especial atractivo para las empresas y gobiernos occidentales.

Tal vez sea eso lo que ha motivado que EEUU haya echado marcha atrás en el convenio antinuclear con Irán.