Sr. Director:

En el mes de diciembre tuvo lugar la “cumbre” de Marrakech. No se trataba de un Tratado en toda regla sobre las migraciones, sino de un marco de trabajo al que los países hoy recalcitrantes podrían adherirse a medida que vean si tiene efectos positivos. En cualquier caso, el pacto pretende evitar la sangría humana que conlleva la emigración ilegal, con más de 60.000 muertos en los últimos quince años, al tiempo que insiste en la necesidad de promover el desarrollo de los países más pobres. El acuerdo ha salido adelante como un primer paso global para la gestión de lo que algunos consideran una amenaza para la estabilidad mundial y otros, en cambio, están convencidos de que contribuirá al crecimiento económico global.