Sr. Director:

Desde SM lanzan la campaña Orgullosa de mí, dirigida a niñas y a mujeres, con el fin de romper “con los estereotipos y con el lenguaje sexista”. De nuevo, una campaña políticamente correcta que busca el visto bueno de la sociedad. Resulta fácil observar la forma en la que el feminismo corre hacia el sector literario, acusándolo de la falta de escritoras y personajes femeninos a la altura de sus homólogos varones. El problema surge cuando se extiende esa diferencia histórica al mundo actual, creando una falsa imagen de una realidad en la que, por ejemplo, en la lista de ficción más vendida de la semana de La Casa del Libro se encuentran -de un total de diez obras- cinco novelas escritas por mujeres.