Sr. Director:

La seducción de la Serpiente Infernal quedó bien demostrada cuando en el Paraíso Terrenal tentó a Eva que sucumbió y ella hizo sucumbir también a Adán, “seréis como dioses”, no era un pecado carnal, era la soberbia porque no querían someterse a su Creador, querían ser dioses como Él. Comenzó una nueva etapa, fueron expulsados del Paraíso: “comerás el pan con el sudor de tu frente” “parirás a tus hijos con dolor”. Pero Dios Padre Misericordioso, anunció que de una virgen la cual pisaría la cabeza de la Serpiente Infernal, nacería el Mesías, su propio Hijo, que libraría a su pueblo de la esclavitud del pecado. Pasaron los siglos y el Mesía anunciado no nace en un suntuoso palacio rodeado de sirvientes, nace en un establo porque no había sitio para el; ¡qué desilusión!, esperaban un gran caudillo que hiciese de ellos una gran nación. Su nacimiento ya señala que su misión no es hacer una gran nación, “Mi Reino no es de este mundo”. Vivió pobremente, no tenía donde reclinar la cabeza y culminó su vida terrena muriendo crucificado en una Cruz. ¿Cómo es posible que a pesar de todo muchos millones crean en Él como su Dios y Seño? ¿Por qué la Religión Cristiana es la más numerosa del mundo y con mucha diferencia? Pues porque los que creen en Él, son hijos de Dios y participan de su propia Vida Divina, que es el mayor tesoro que puede poseer un ser humano.

Estamos viviendo en unos tiempos, no sé como definirlos, en los cuales parece que la muerte de Cristo, cuyo fin era librarnos del pecado y abrirnos las puertas del cielo, no ha servido para nada. Él es Luz del mundo y el mundo ha preferido las tinieblas a la Luz, pero también dentro de su Santa Iglesia, se han introducido miembros seducidos por Satanás, que han sembrado el desconcierto en los fieles, lo importante es el hombre, hay muchos pobres, Cristo ha quedado  reducido como un ser carismático, servidor de los pobres. Lo sagrado, lo Divino, lo trascendente ha desaparecido en muchos lugares. Si amamos a Cristo nos tiene que doler esta situación, pues hacen inútil su Pasión y Muerte y como consecuencia uno teme que muchas almas se estén condenando. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?