El ridículo en el que ha caído el Gobierno español es ya de tal calibre que solo se entiende bajo la máxima primera adoptada por Pedro Sánchez: no me voy de Moncloa ni aunque me echen... que recuerda aquello de "no me muero aunque me maten".
¿Y por qué les ocurre esto a los socialistas? Sencillo: por la otra máxima, la bíblica: quien a hierro mata, a hierro muere. En nombre de la lucha contra la corrupción, el PSOE lanzó una campaña miserable de exageraciones contra el PP. Ahora el PP se está vengando. 
Ahora bien, alguien debería detener este cainismo o acabamos en guerra civil. 
Eso sí, en el entretanto, nos estamos divirtiendo mucho.