Se llama Massin Akandouch, tiene 17 años y es el responsable de las acciones del movimiento en España, “Meat the victims»  –un juego de palabras que se podría traducir al castellano como «conozca a la víctima», aunque «meat» significa carne en inglés. Se trata de un movimiento nacido en Australia que escogió Cataluña para su desembarco en Europa (qué curioso). Su “modus operandi”: convocar a grandes grupos de personas a través de las redes sociales para «ocupar» granjas y explotaciones cárnicas. Lo hacen ante la mirada atónita de dueños, empleados y animales, que se ven desbordados por la llegada en autocares cargados de activistas, algunos de ellos menores de edad.

En algunos casos, sus acciones van más allá de grabar vídeos de los animales y subirlos a la red. Por ejemplo, en Riudellots de la Selva (Gerona), el pasado abril más de un centenar de activistas tomaron un matadero durante horas y se llevaron a siete cerdos. Eso sí, todo por el bienestar de los animalitos. Porque sus dueños no saben cuidarlos. ¡Claro que no!

Los propietarios de las explotaciones, como Joan Basa, dueño de una granja de vacas lecheras de Sant Antoni de Vilamajor (Barcelona) que ocuparon los activistas de “Meat the victims”, les responden. «Decían que querían mucho a los animales pero no sabían nada de ellos. Me acusaron de estar matando de sed a los terneros porque no tenían agua, cuando eran crías que solo beben leche de sus madres. También dijeron que mis vacas estaban con las ubres llenas de sangre, pero era la solución con yodo que les ponemos después de ordeñarlas para evitar infecciones», explicaba indignado.

Ante esta oleada de acciones animalistas, la Generalitat ha condenado estas entradas ilegales y ha dejado claro que va a tener tolerancia cero frente a estas acciones, argumentando la bioseguridad que debe mantenerse en estas instalaciones. El proceso sancionador contra los miembros de “Meat the victims” se ha iniciado y podría acabar con multas de hasta 100.000 euros.

Desde Unió de Pagesos, el principal sindicato del campo catalán, avalan la teoría que vincularía los «escraches» a los intereses del pujante sector de la «carne artificial» hecha de soja. Sin embargo, desde «Meat the victims» niegan las acusaciones por completo. «Las acciones las organizo yo sin nadie detrás, recaudamos fondos y no recibimos publicidad de ningún partido, organización o lobby, somos gente normal», relata en conversación con ABC el joven organizador de los escraches, Massin Akandouch, quien ha dejado sus estudios para dedicarse a una causa por la que vive y, lo que es más, de la que ha conseguido vivir.