A partir de ahora, en las aulas de Valencia, expresiones como «educación y cultura climática» se sustituyen por «educación medioambiental y energética», «vulnerabilidad climática» se convierte en «vulnerabilidad ante catástrofes naturales» y la «adaptación al cambio climático» se rebautiza como «adaptación urbana». Del mismo modo, la llamada «transición energética y autoconsumo colectivo» pasa a formularse como «eficiencia energética», mientras que la referencia a la «financiación verde» queda reducida a un simple «financiación».

Ha sido a propuesta de Vox, respaldada por el Partido Popular, en la Comisión de Urbanismo, Parques y Jardines, Espacios Naturales y Mejora Climática, donde se han aprobado los estatutos del ente «València Sostenible».

En la oposición, desde Compromís, el edil Sergi Campillo ha calificado la operación de «irresponsable, vergonzosa y negacionista». En su opinión, PP y Vox se han alineado en un mismo frente al borrar cualquier referencia explícita a la lucha contra el supuesto cambio climático, pese a que la propia alcaldesa había anunciado que el nuevo ente debía servir para coordinar compromisos ambientales de la ciudad. Campillo ha recordado que la última riada, así como las olas de calor y los fallecimientos asociados, son consecuencia directa de los efectos del calentamiento global, y acusa al ejecutivo municipal de «negar la evidencia científica» y de «alimentar un discurso peligroso».

Eso sí, tal como recoge La Gaceta, recientemente, tanto Compromís como el PSOE rechazaron en el Senado una propuesta apoyada por PP y Vox para acelerar las obras antirriada y que las víctimas puedan recomponerse lo antes posible de la catástrofe con ayuda del Ejecutivo central.

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