El guerracivilismo le funciona a La Moncloa: el recurso al enfrentamiento entre las dos 'Españas' le está dando buen resultado a los socialistas: primera encuesta del año que reduce la diferencia PP-PSOE por debajo de los seis puntos. Moncloa ya ha renunciado a triunfar en la lucha contra la crisis: las elecciones de 2012 hay que ganarlas con una guerra civil fría

El chiste de moda que circula por Internet y por los móviles es éste:

Rodríguez Zapatero muere  repentinamente durante un viaje oficial a Israel. Las autoridades de Jerusalén comunican a la delegación española que repatriar el cadáver es muy caro, y puede costar 10 millones de euros al tiempo que le ofrecen la alternativa de ser enterrado en Tierra Santa por 1.000 euros. Tras deliberar, los diplomáticos españoles comunican a las autoridades hebreas que han optado por la onerosa repatriación. Cuando se les inquiere el porqué la respuesta es muy simple: Sabemos que hace 2.000 años un hombre fue asesinado en Jerusalén pero resucitó al tercer día. Comprendan que no podemos correr riesgos.

Los chistes que corren por internet son los mejores termómetros de la realidad. Le toman el pulso a la opinión que marca opinión. En efecto, el fracaso de Rodríguez Zapatero ante la crisis económica es de tal calibre que no le discuten ni sus más fervientes seguidores, reducidos ya a aquéllos cuyo cargo depende de la continuidad de ZP en Moncloa. Los propios socialistas ha tirado la toalla y la estrategia ha cambiado: ya no se trata de ganar las elecciones por la economía sino planteando una guerra civil fría. Se trata de enfrentar a las dos Españas, resucitando el término antifascista, cerrando el Valle de los Caídos, recuperando el eficiente concepto de genocidio franquista y convirtiendo a Garzón en un héroe mundial. De hecho, nunca en España, a lo largo de toda la Transición, se había hablado tanto de fascismo, con un Santiago Carrillo, asimismo resucitado, asegurando que los fascistas vuelven a mandar en España. Aunque creo que no se refería a ZP.  

Por lo demás, todo el asunto Garzón forma parte de la misma estrategia de enfrentamiento entre las dos Españas. Al final, el capitán Lozano, el abuelo de ZP, tiene que ganar la Guerra Civil de 1936-1939 pero, sobre todo, hay que conseguir que la crispación entre los españoles crezca hasta reproducir el esquema del Frente Popular.

Más ejemplos: el 1 de mayo ha servido para escenificar que los sindicatos no se vuelvan contra el Gobierno, ni un día después de conocerse que hemos alcanzado el 20% de paro y que reeditamos la medalla de oro del desempleo en los 27 países de la Unión Europea, superando  ya, por fin, a Letonia. Es igual, los sindicatos siguen ofreciendo su cariño a ZP mientras cargan contra los empresarios, seguramente los más explotadores de toda la UE. En resumen: UGT y CCOO ya ni se preocupan en disimular que no se comportan como sindicatos sino como partidos políticos.

Por lo demás, el oligopolio televisivo ha quedado consagrado. El Gobierno ha forzad a la banca en especial a  Santander, BBVA, Caixa y Cajamadrid- a condonar deudas a los grupos que le apoyan especialmente a PRISA, Mediapro y Zeta- al tiempo que la televisión pública ha entrado en patrones soviéticos en su manipulación informativa y en su sectarismo ideológico.

En definitiva, Zapatero trata de crear el mismo ambiente de 1936, el enfrentamiento visceral entre las dos Españas, un enfrentamiento en el que vale todo. Vale terminar con el escasísimo prestigio de la judicatura del mismo modo que vale sumir al país en una marea de corrupción y manipulación como no se ha conocido en toda la democracia española, ni con Felipe González ni Con José María Aznar.

Y la estrategia está dando resultado. Y la técnica está dando resultado. Por primera vez en lo que llevamos de año, una encuesta, la de Demoscopia para Antena 3 TV, ha proporcionado al PP una ventaja de menos de seis puntos sobre el PSOE, y eso con una abstención elevadísima, algo que, en teoría, siempre perjudica a la izquierda. El PSOE. Incuso ha subido un punto y medio desde febrero, mientras el PP se estancaba. Y a esta encuesta hay que añadir otra de signo distinto: la publicada el domingo por el diario El País, que otorga el 41,7% de los votos al PP frente al 37,5% del PSOE, esto es, 4,2 puntos de ventaja, pero en la que se resalta que Zapatero sigue siendo más popular que Rajoy. A lo mejor, está ocurriendo lo mismo que con el alcalde pepero de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón: la izquierda le alaba pero luego vota la PSOE, minetras que el votante popular le vota en las urnas con la nariz tapada.

Sí, ZP dedica todo su tiempo a sembrar el odio en España. Es la única forma que tiene de ganar las elecciones en 2012, tras el desastre económico. Y a la postre, no lo olviden, a este presidente tendrá que echarle de Moncloa la Guardia Civil.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com