Sr. Director:
Como recordarán, ZP dijo que la libertad nos hace verdaderos.  Y, yo, por más vueltas que doy a la frase, no logro aclararme.

 

Escuchando a unos tertulianos que lo trataron y navegando por Internet, he tratado de averiguar lo que quiso decir,  pero me he quedado a dos velas. Agradecería que Vd. o algún lector me dijese en qué sentido empleó ZP las palabras libertad (interior, exterior,...) y verdaderos (auténticos, sinceros,...).

He leído una carta en Hispanidad sobre la frase, pero no tocaba este aspecto. Si ZP usó verdadero como sinónimo de auténtico, lo que dijo sería una obviedad, pues, por definición, el hombre tiene entendimiento y voluntad: es libre. Pero, si se toma la palabra verdadero como sinónimo de sincero, me parece que sucede más bien al contrario; es decir, que la libertad, caso de hacernos algo, nos haría mentirosos.  Y así, por ejemplo, ante  un hecho real como la crisis, uno, al ser libre,  puede afirmarla o negarla.

Por el contrario, si no fuésemos libres, haríamos o diríamos necesariamente lo que tuviésemos   que hacer o decir en cada momento.  Pero, no me convence ni lo uno ni lo otro: no parece que la libertad sea la causa de que seamos verdaderos o mentirosos. Yo la veo, más bien, como la capacidad que tenemos de poder elegir entre la mentira o la verdad.

Vendría a ser como la condición necesaria y suficiente para que se pueda predicar de nosotros si somos verdaderos o  mentirosos. ¿Quién nos ha dado la mencionada  capacidad?

V. Manuel Sánchez