Se la nota más que satisfecha, pletórica. Ya no hace esos discursos de que cada vez que una mujer avanza, todas avanzamos con ella, pero casi. Le encanta que le llamen presidenta, con funciones o sin ellas. Es verdad que todavía no es Bachelet y eso molesta. Pero al menos hace las veces cada vez que Zapatero sale del país. No son muchas, pero son algunas y eso ya compensa. Adiós presidenta, le dice un periodista. De la Vega tiene hemorragias de placer y sonríe de felicidad. Esa es mi Maritere.