Fernández Díaz reconsiderará su uso si se vulnera la legislación europeaUn grupo de unos 250 inmigrantes subsaharianos ha intentado entrar en Ceuta este jueves a primera hora de la mañana a través de la frontera del Tarajal, donde han sido rechazados por las Fuerzas de Seguridad marroquíes y efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional, que se han empleado "a fondo" para evitar su acceso a territorio español.

Solamente uno de los indocumentados ha conseguido entrar en territorio español; aunque ha caído al suelo desde varios metros de altura, pero no se teme por su vida.

Todo esto ocurre mientras en España continúa la polémica por el uso de cuchillas en la valla de la frontera de Melilla. Hoy ha dicho el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que se planteará retirarlas si se acredita que vulneran la legislación de la UE, pero ha subrayado que hasta ahora no tiene indicios de que sea así y que otros Estados miembros también las usan para proteger sus fronteras.

Fernández Díaz mantuvo una conversación "larga y cordial" con la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, que había expresado sus dudas sobre las cuchillas, para informarle sobre la situación de Melilla y de Ceuta. Malmström no le dijo que esta medida vulnerara la legislación de la UE ni le propuso alternativas.

Ayer, Fernández Díaz, dijo que ve "muy difícil de entender" que particulares e instituciones públicas puedan emplear las concertinas "para proteger que no se entre en propiedades privadas de manera ilegal" y que el Estado "no pueda utilizarlas para proteger nada más y nada menos que sus fronteras de la intrusión ilegal y masiva de personas".

Y el ministro recordó que dichas concertinas constituyen un instrumento "que fue colocado en las vallas de Ceuta y Melilla por gobiernos socialistas", algo que no critica.

En relación con los inmigrantes, la Doctrina Social de la Iglesia defiende que la sociedad entera, en particular los poderes públicos, deben considerarlos como personas. Según eso, las cuchillas en las vallas no tienen mucho sentido. Por lo que quizá la respuesta al ministro Fernández Díaz esté en que el uso de las cuchillas (o de otros métodos disuasorios, como las descargas eléctricas) esté justificado cuando se trata de evitar actos delictivos. Pero no cuando se trata de evitar que personas traten de buscarse la vida, como hemos hecho los españoles muchas veces.

Como dice la Doctrina Social de la Iglesia, "las autoridades civiles, atendiendo al bien común de aquellos que tienen a su cargo, pueden subordinar el ejercicio del derecho de inmigración a diversas condiciones jurídicas, especialmente en lo que concierne  a los deberes de los emigrantes respecto al país de adopción".

Aunque añade que "las naciones más prósperas tienen obligación de acoger, en cuanto sea posible, al extranjero que busca la seguridad y los medios de vida que no puede encontrar en su país de origen. Los poderes públicos deben velar para que se respete el derecho natural que coloca al huésped bajo la protección de quienes lo reciben" (Catecismo, 2241).

José Ángel Gutiérrez
josangel@hispanidad.com