Conseguida la Presidencia, al ex director general del FMI le conviene marcar distancias con Mariano Rajoy. Por si fuera poco, Gallardón ha sacado a subasta la retirada de la demanda judicial y ha dejado claro que aspira a suceder a Cospedal. Caja Madrid parece la tumba política de Esperanza Aguirre, a quien Rajoy amenazó con la creación de una gestora del PP madrileño

Mañana intensa la del lunes 2 en la City madrileña y en la política española. Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, renuncia a la Presidencia de Caja Madrid, y Rato se consagra como sucesor de Miguel Blesa. Abandonará Santander y Caixa (Criteria) y pasará a ocupar la Presidencia de la cuarta entidad del país.

Eso sí, Rato no está dispuesto a deberle el cargo a Mariano Rajoy, quien ha apostado por él para humillar a Esperanza Aguirre... precisamente la primera que pensó en el ex vicepresidente como hombre fuerte de la entidad madrileña.

Por eso, agárrense que vienen curvas, Rato tiene pensado nombrar director general -como en La Caixa- y uno de sus candidatos por el cargo es quien fuera su secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa. Sí, el mismo hombre que, cinco días atrás, salía en defensa de su hermano Ricardo, ex secretario del PP en Valencia y portavoz del partido en las cortes valencianas. Costa, que ya retara a Rajoy como líder de la derecha española, y que anteriormente dirigiera el programa electoral de los populares en las Generales de 2008, acusa a Rajoy de falta de transparencia en el cese de su hermano, lo que, según él, denotaba falta de liderazgo.

¿Por qué hace esto Rato? Pues muy sencillo, para dejar claro que no le debe el puesto a Rajoy.

En cualquier caso, otros candidatos para el cargo de director general de Caja Madrid serían Luis de Guindos y Estanislao Rodríguez Ponga, actual vicepresidente de la entidad. Es evidente que, una vez en la presidencia, y consensuada con Zapatero, Rato puede nombrar director general a quien quiera dado que nadie se va a arriesgar a otra batalla de un año de duración con interinidad incluida en la Presidencia de la segunda caja del país.

En cualquier caso, lo más paradójico de toda esta historia es que Caja Madrid ha supuesto la tumba política de Esperanza Aguirre y el triunfo de su adversario, Alberto Ruiz-Gallardón. Como ya informamos en Hispanidad, Aguirre sólo ha cedido cuando un Rajoy absolutamente decidido a salvar a Gallardón  a su escudero, Manuel Cobo, amenazó a Aguirre con crear una Gestora del Partido en Madrid.  

Por su parte, el señor alcalde se encumbra: con una entrevista en El País y una demanda en los tribunales, el alcalde-termita ha liquidado a Aguirre al tiempo que exige a Rajoy que le nombre secretario general del Partido, en sustitución de Cospedal, si quiere que retire la demanda.

Ya lo escribió Sirera: este partido es una mi....

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com