Los cálculos de Bankia, más adelantados que lo del resto de grupos. Los que ya están en mora (NPL) son 7.000 millones, del resto, hay subestándar, por otros 5.000. A eso hay que añadirle activos adjudicados que ya están en la cartera de Bankia, hasta 5.800 millones, con una pérdida calculada de un 30%. Y a todo ello, sumar los 10.000 millones de suelo, integrados en la matriz BFA, con una pérdida esperada del 80%. Si se coloca toda esa cartera en el banco tóxico, Bankia quedaría como un grupo saneado, aunque entonces habría que afrontar el problema de liquidez

Rodrigo Rato, presidente de Bankia, no sólo es el banquero que con más ahínco está pujando por el banco tóxico, financiado por el Gobierno, que asumiría los activos inmobiliarios de la banca, sino el que más adelantado lleva los trabajos para saber cuántos activos puede colocar en el mismo. Esta es la tarea principal que ocupa al ex vicepresidente, aunque de puertas afuera entretenga a sus socios con una división de riesgos inmobiliarios.

Lo cierto es que Mariano Rajoy, que zigzaguea con el banco malo desde que ganó las elecciones, y está decidido a combinar los dos tipos de ayudas públicas: el banco tóxico, financiado por el Estado y las fusiones con muletas. De hecho, todos los grandes grupos que preparaban la creación de bancos tóxicos privados han paralizado sus proyectos.

La razón es lógica: un banco tóxico saldría, en el mejor de los casos, con un descuento del 50%, mientras que lo que Rato, y el resto de la banca, pretende, es que el Estado financie el 100 por 100 del nominal, aunque les obligue a incluir como no podía ser de otra forma, las provisiones.

Y Rodrigo Rato acelera los cálculos para negociar la cantidad de toxicidad que pretende incluir en el futuro banco tóxico. Veamos: los activos ya en mora de Bankia (NPL en la jerga bancaria) suman 7.000 millones de euros, a lo que hay que sumar -o pretende sumar Rato- otros 5.000 millones de subestándar. En ambos cálculos, las pérdidas a asumir son difíciles de valorar y varían según los expertos.

A ello hay que añadir otros 5.800 millones en créditos impagados y ejecutados, activos que ya están en tu balance, donde la pérdida estimada por el consenso de mercado sería de un 30%. Y a todo eso, añadir el apartado más puñetero de todos: los 10.000 millones de suelo, englobados en la matriz BFA, con una pérdida estimada del 80%. Total, cerca de 28.000 millones de euros. Quede claro que hablamos de los activos a colocar en el banco malo público, no de pérdidas.

Y lo más curioso: si Bankia se libra de ese quiste, nos encontraríamos con un grupo saneado, con buenas participaciones industriales y capacidad de generación de recursos. A partir de ahí, Rodrigo Rato deberá afrontar el problema de liquidez, con vencimientos acelerados de cerca de 20.000 millones de euros para 2012. Pero, soltado el lastre inmobiliario, la capacidad de encontrar capital se vuelve mucho más sencilla.

Las cifras marean, pero dado el rumbo que afronta la desastrosa reforma financiera que ha dejado en marcha Zapatero, el banco malo se considera en el Partido Popular como la opción "menos mala" de todas. Y comparativamente, mucho más barata que la CAM, la mayor barbaridad de la reforma, que, según el consejero delegado del Sabadell, afronta unas pérdidas irrecuperables de 11.000 millones de euros. Y aquí hablamos de pérdidas reales, no potenciales.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com