Los líderes europeos llevan ya un año negociando el impuesto sobre trasferencias bancarias, popularmente conocido como la 'tasa Tobin'.

Hay un preacuerdo entre Alemania, Francia y España. Poco sólido, pero algo es algo. Y ese acuerdo supone que hay que empezar implantando la 'tasa Tobin' por los derivados, un producto especulativo en origen.  

Si el preacuerdo se consolida supondría eso: que la 'tasa Tobin' comenzaría gravando los productos financieros más especulativos. Es decir, lo que quería James Tobin, quien lanzó su idea, no pensando en las actividades bancarias necesarias y no especulativas, sino sobre el especulativo mercado de divisas.

En principio, eso dejaría a salvo los productos bancarios con más sentido social: depósitos y créditos a familias y pymes. Pero, ojo, nada hay escrito.

Porque, a la postre, lo que hay que preguntarse es esto: ¿qué pasaría si de la noche a la mañana, desaparecieran todos los productos derivados La respuesta es: no pasaría nada, absolutamente nada. Bueno sí, pasaría algo: que, por ejemplo, los precios agrícolas se aproximarían más a un precio justo.

Eulogio López

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