Según Pedro Rivero, presidente de Unesa, las cinco eléctricas pierden dinero en España y sobreviven gracias a las inversiones en el exterior

 

A las eléctricas se les acaba la paciencia. El sistema que actualmente rige las tarifas eléctricas es impracticable para ellos. Actualmente las eléctricas españolas apenas recuperan las inversiones realizadas en España y son las realizadas en el extranjero las que dan luz verde a sus cuentas. Así lo ha afirmado Pedro Rivero, presidente de Unesa, en la presentación del libro La situación económico-financiera de la Actividad Eléctrica en España: 1998-2002.

En España, el Gobierno es quien impone el coste de la electricidad. Al día de hoy, la tarifa marcada es inferior al coste de la energía, por lo que se genera un déficit tarifario, es decir, que a las empresas eléctricas se les tiene que devolver esa cantidad que ahora no se les paga. ¿Qué se va a hacer? En un futuro, titularizar ese déficit, como si fuera deuda pública, con garantía del Estado español, pero mientras tanto, las empresas van con el agua al cuello, al menos en el negocio español.

Lo malo para los españoles de a pie, es que si por ahora podemos estar contentos porque las tarifas continúan estancadas, nuestros hijos con los que van a sufrir las subidas, que más que leves repuntes, serán picos de primera categoría como los del Tour de Francia.   

Pero mientras la política española siga primando la así llamada energía verde,  todo seguirá igual. En España se está primando este tipo de energía, que no es de por sí más limpia que otras como la nuclear, pero mucho más políticamente correcta. Y mientras tanto, las infraestructuras ya creadas, como centrales nucleares, funcionan muy por debajo de su capacidad para evitar crear un excedente energético, que no se puede almacenar, y que además no tiene cabida en el cupo que el Estado concede a ese tipo de energía.

Y es que los costes de producción son muy superiores a los precios de mercado actuales, por lo que se está inflando el globo del déficit, pero el día que haya que pincharlo, puede ser terrible. O eso, o cualquier día se va la luz.

Juan María Piñero

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