Izquierda Unida tiene verdadera obsesión laicista. Siguiendo el ejemplo de Bélgica en cuyo Parlamento se había reprobado al Papa, intentaron lo propio. En este caso se trataba de censurar las palabras del cardenal Bertone vinculando la pederastia con la homosexualidad, una evidencia estadística y psicológica. Pues bien, aunque la Junta de Portavoces lo aceptó, la Mesa del Congreso lo ha rechazado. Y es quien tiene la última palabra.
Ahora Llamazares y Herrera llevarán el asunto al Tribunal Constitucional donde la relación de fuerzas podría hacer girar el asunto. Lo destacable de la mañana de este martes es que el PP no se equivocó como hizo en otras ocasiones y que el PSOE sigue colocado del lado más radical representado por los dos diputados comunistas.
Andrés Velázquez
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