Como ha explicado el guionista de la película, David Koepp, La guerra de los mundos es el relato, en primera persona, de un ataque alienígena y habría que añadir un cruel comentario: y poco más

Basada en una novela de H.G. Wells, publicada en el año 1898, esta nueva traslación cinematográfica de la popular obra literaria de ciencia ficción cuenta a su favor con una puesta en escena espectacular, una excelente dirección de actores y algunas imágenes realmente terroríficas, pero en su argumento (demasiado simple) no hay discurso alguno Es decir, La guerra de los mundos se encuentra más cerca de una película del subgénero de catástrofes que del de ciencia-ficción.

 

De hecho, pasados los primeros veinte minutos, cuando se desvela que los extraños fenómenos meteorológicos que están sucediendo en la Tierra son consecuencia de una cruel invasión alienígena, esta película se convierte en una película de desarrollo plano que narra la huida de un padre con sus dos hijos, a través de EEUU, para escapar de la muerte y la destrucción.

 

 La guerra de los mundos es la segunda colaboración entre Steven Spielberg y Tom Cruise (la primera fue en la espléndida y minusvalorada Minority Report). Como suele ser habitual en la filmografía de Spielberg, uno de los pilares de la historia es la defensa de la familia. Aquí el padre separado e irresponsable, interpretado por Tom Cruise, obligado por las circunstancias se convertirá en progenitor que nunca fue, capaz de arriesgar su vida para defender a los suyos. Aunque Cruise cumple en su trabajo, la que está espléndida es la niña Dakota Fanning (Yo soy Sam, Niñera a la fuerza, El escondite)

 

En resumen, se encuentran ante una película apropiada para pasar un rato entretenido pero que no depara demasiadas sorpresas argumentales.