Sr. Director:

He leído el comunicado de la empresa de galletas Lambertz y me parece, a mi humilde entender, que está en la línea de todos los comerciales.

 

Lo importante para muchas empresas es vender, sea como sea. Y más en estos tiempos relativistas en los que la religión se ve como algo trasnochado y utilizable como provocación. ¡Lo único que les interesa es vender! No lo hacen con el Islam, no porque lo respeten más, sino por el peligro que entrañaría para los artífices de los actos sacrílegos y para su empresa de 'galletitas'.

A los que sí que habría que darles bien, una sanción o amonestación es a los de la cofradia, que se han vendido por unos pocos y miserables euros. ¡Es indignante!

Como mínimo han sido unos ingenuos... La verdad es que no se como funcionan las cofradias porque no soy de esas tierras. ¡Pero ya está bien, de tanto folclore!

Como mínimo se deberían haber informado mejor. Lo que dice en el comunicado, es el punto de vista de personas que solo se interesan por la propaganda y el Marketing,como decía más arriba, vender más y mejor, y utilizan los medios que están a su alcance y hoy día que se ha perdido el respeto a lo sagrado, pues si provocan una reacción, mejor que mejor. ¡Son mercaderes!

A los de las cofradías les pediría una religiosidad más austera y con menos parafernalia. Bueno, tampoco quiero ser como los luteranos, una iconoclasta, pero hay veces que lo de las imágenes religiosas y la pugna entre cofradías se ve desde otros lugares como un espectáculo un poco idólatra y vacío de contenido, con bastante de histeria.

Perdone que le escriba y le diga lo que siento y como lo siento, pero creo que este acto sacrílego no debía de haber ocurrido. No se deben dejar los templos ni las imágenes para actos profanos y menos en estos tiempos. El fin no justifica los medios.

Olga Ayala