Sr. Director:

Leía en una revista: El filósofo Kierkegaard afirmaba: El hombre es porque sufre; dicho al revés: Sufro, luego existo. Y la medida del sufrimiento es la urgencia que ponemos en acabar con él. La medida que nos hará saber cuanto nos importa el sufrimiento de los hermanos, la humanidad sufriente, es la urgencia que ponemos en acabar con él. La urgencia que ponemos en luchar contra estos males.

¡Qué le importa a los partidos y a los sindicatos la esclavitud infantil! Hacen falta, hoy más que nunca, militantes, hombres libres, responsables de la humanidad entera. En palabras del autor de El Principito : Ser hombre significa precisamente ser responsable. Supone conocer la vergüenza frente a una calamidad que no parecía depender de uno. Sentirse orgulloso de una victoria que los compañeros han conseguido. La lucha contra la esclavitud infantil fue una prioridad en las reivindicaciones del movimiento obrero. La diferencia sustancial con la realidad actual de los países enriquecidos es la vida solidaria.

Esta lacra de nuestra sociedad puede desaparecer si nos unimos y exigimos a nuestros políticos que tomen en serio este problema y acaben con él de una vez.

Andrés Gómez

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