El presidente de Iberdrola tiene un objetivo máximo : fusionar su compañía con Unión Fenosa, Gas Natural y el downstream de Repsol YPF. El nuevo ministro de Industria está dispuesto a ponerlo fácil, pero en La Caixa no acaban de verlo. Por un lado, el proceso se percibe necesariamente lento; por otro, existe miedo a una OPA sobre Iberdrola, eje del entramado

Mientras la gran operación para crear un campeón nacional energético está en todas las bocas, oficialmente nadie se mueve. Mejor, hablan, pero no se mueven. Hay que esperar a que termine la odisea E.ON-Endesa para formular la megaoperación: fusionar Iberdrola, Unión Fenosa, Gas Natural y el downstream (todo lo que no es exploración y producción) de Repsol YPF. Es, desde luego, la combinación ideal, empresarialmente óptima en cuanto a sinergias y que, dependiendo de cómo se valoren los activos de Repsol, estaríamos hablando de una capitalización superior a la de la mismísima E.ON (sin contar Endesa).

Precisamente la fusión E.ON-Endesa sería la que permitiría eliminar las pegas de competencia de la operación. Ahora bien, no con la legislación actual, especialmente con el decreto Rato de junio de 2000. Nos encontraríamos, también, con un núcleo duro importante de accionistas los más relevantes La Caixa y ACS- con un mix de generación espléndido y con una presencia internacional adecuada especialmente en Iberoamérica.

Conste que todos los requisitos legales en los que tanto hincapié hace Ignacio Galán (lo hizo en su conferencia en Santander y ha vuelto a reiterarlo en su entrevista del miércoles en elconficendial.com) pueden solucionarse con un simple decreto. Pero Galán no sólo quiere eso. Quiere, por ejemplo, que toda la doctrina de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) expresada con motivo de la OPA de GN sobre Iberdrola en 2003 y de la fallida fusión Endesa-Iberdrola sea revocada. Si lo piensan, no resulta tan difícil, dado el desprestigio institucional en que ha caído la CNE. Pues bien, Galán cuenta con el apoyo de Zapatero (apoyo acrisolado por la entrevista de Florentino Pérez en Moncloa, de la que diera cuenta Hispanidad) y con la aquiescencia del nuevo ministro de Industria y Energía, Joan Clos, y del nuevo secretario general de la Energía, Ignasi Nieto.

Más difícil está el concurso de La Caixa. Por dos razones. En primer lugar porque la entidad catalana no puede permitirse más errores. En segundo lugar porque Repsol resultaría troceada y aún más vulnerable a las opas de las grandes multinacionales del crudo, pero sobre todo Ignacio S. Galán exige presidir la entidad resultante. Y en ese caso ¿qué pasa con Antonio Brufau?

Por cierto, no olvidemos que el eje de todo el entramado, Iberdrola, también está en peligro de OPA tras la cesión de Zapatero ante Merkel. Iberdrola es hoy la eléctrica más rentable de Europa, lo cual no es una ventaja, sino un grave inconveniente. Como recuerda Galán, a España siempre le ocurre lo mismo : tenemos las empresas más rentables, pero, por eso mismo, son absorbidas por empresas menos solventes, pero de mayor dimensión.