Sr. Director:
El admitir claramente "el derecho a la vida de no-nacido"-–derecho que ha estado reconocido en los códigos no escritos de todas las civilizaciones que han echado raíces sobre la tierra- lleva consigo la explícita aceptación de que "ante el no nacido estamos ante un "verdadero ser humano".

No consta todavía ante ningún registro civil; ni eclesiástico. Pero esos registros son, sencillamente, la última etapa de un proceso. La primera etapa es la realidad de "vivir"; y el ser humano, desde su concepción, está "viviendo" como un ser humano verdadero.
El "registro" no crea derecho; ni siquiera "reconoce derecho"; sencillamente "toma nota" del derecho que ya existe.

J. D.