Cómo no, lo cuenta mejor que nadie Noticias Globales, la página del argentino Juan Claudio Sanahuja. Relata un discurso del cardenal Raymond Leo Burke (en la imagen), prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, a los líderes de la IV Marcha por la Vida celebrado en Roma. Burke resaltó "el grave escándalo causado por legisladores, jueces y líderes políticos que profesan ser católicos y se presentan a recibir la Sagrada Comunión y, al mismo tiempo, apoyan e incluso promueven leyes que violan la ley moral en sus aspectos más fundamentales".

Y por si no había quedado claro, éstas son sus razones: "La disciplina de la Iglesia, desde los tiempos de San Pablo, advirtió a aquellos que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave de no recibir la Sagrada Comunión. Esta disciplina no es un castigo, sino el reconocimiento de la condición objetiva del alma de la persona involucrada en este pecado.

Les impide cometer sacrilegio, por violar la santidad incomparable del Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo, y salvaguarda a la comunidad cristiana y a la comunidad en general del escándalo que puede llevar a creer que la violación de la ley moral, por ejemplo, en lo que se refiere a la dignidad inviolable de la vida humana, la integridad del matrimonio y la familia, y la libertad de conciencia, no constituyen un grave pecado y no rompen la comunión con el Señor".

Lo que está diciendo Burke es que la misericordia consiste en que los políticos, y jueces deben actuar en coherencia. Si promulgan leyes de aborto, de homomonio o que atentan contra la libertad religiosa y de conciencia, no pueden comulgar el Cuerpo de Cristo. Es más, habría que prohibírselo de forma terminante.

¿Se imaginan que se aplicara esta regla en España Pues deberían aplicarla. A nadie se le obliga a ser católico pero, si lo eres, tendrás que respetar la doctrina de la Iglesia católica. O eso, o dimites.

Eulogio López

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