A la vicepresidenta le ha molestado mucho que la oposición no haya guardado los 100 primeros días de gracia del nuevo ministro del Interior. Tiene prestigio, rigor y capacidad; lo conozco desde hace 25 años, es una persona de profundas convicciones democráticas y de valores. Más flores, sólo para el saliente Aguilar.

Así que De la Vega lanza dos pullas a los populares. La primera: espero que precisamente estas capacidades no hayan sido las que han provocado esta airada reacción por parte de la oposición. Segunda: ahora ya queda claro quien crispa, hace ruido y tiene gusto por ello. Una idea reiterada también por López Aguilar quien critica la falta de corrección institucional y de cortesía. Que tenga la oportunidad para explicar en el parlamento cuál es su proyecto y su impronta. Por cierto, que López Aguilar no ha querido entrar en la polémica de si mantendrá o modificará a sus secretarios de Estado.

Por último, Aguilar aprovecha la polémica en torno a su personalidad blanda en relación a la dureza de Bermejo para afirmar que hemos hecho política en serio, con mayúsculas, con iniciativa, liderazgo y cooperación. Y por si no había quedado claro, no amenaza con un libro, sino con balance de las actuaciones realizadas. Tan tedioso como su Ministerio.