Sr. Director:

¡Da gusto ver el racional comportamiento de algunos medios de comunicación y de las gentes más progresistas en torno al discurso del Papa Benedicto XVI! La mayoría de quienes han publicado y opinado en relación a él, estoy casi convencida de que no se han tomado la molestia de leer siquiera, y los que presumen de haberlo leído, al parecer no le entendieron nada, y sin entenderle, se dan el lujo de hacer desafortunados comentarios.

Nada menos ayer domingo, en casa, un familiar -católico, faltaba más- comentaba que las palabras del Papa le parecían muy violentas. Le pregunté si había leído el discurso completo, y tuvo que reconocer que ni completo, ni incompleto... Eso, a mi manera de ver las cosas, le quita el derecho a opinar, y lo mismo pienso de todos los que han opinado sin leerlo. El Papa, efectivamente, piensa que la fe no debe propagarse mediante la violencia. Y piensa que Occidente debe volver a aceptar que la fe en Dios, en Cristo, en el Logos, o se acepta de nuevo, o se pierde todo. En ningún momento atacó a los musulmanes.

En todo caso, lanzó una reprimenda a nuestras sociedades que presumen de racionales y razonables, pero han dejado a Dios en un rincón. Y el que no lo crea así, léalo. El discurso está en Zenit, en la sección de Documentos. Han dicho algunos líderes musulmanes que las palabras del Papa pueden tener consecuencias desasfortunadas (de hecho, ya se han quemado varias iglesias cristianas y murió asesinada una religiosa)... ¿Por qué debería ser así si los musulmanes no son violentos? La verdad la ha dicho ya el Papa: "En el diálogo de las culturas invitamos a nuestros interlocutores a encontrar este gran 'logos', esta amplitud de la razón". Y la razón, en este asunto, no aparece por ninguna otra parte, ni por Oriente, ni por Occidente, Norte ni Sur...

Cristina Alba Michel

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