Hasta críticos taurinos están colaborando en la campaña para convertir a los Choperitas en Choperas. Y es que los choperitas, es decir, José Antonio Martínez Uranga y su hijo, Manuel Martínez Erice, se han hecho con el contrato-gestión de la Plaza de Toros de las Ventas, y no está bien, o al menos así lo consideran algunos, que el coso más famoso del mundo sea para quien ostenta como apodo un diminutivo, un derivado.

Porque los legítimos herederos del sosias son Pablo y Óscar Martínez Lozano, sobrinos y primos segundos de los ganadores. Lo que no deja de tener su enjundia, dado que Choperas no es más que un apodo que surgió del pater familias, Pablo Martínez Elizondo, origen del clan, cuyo hijo Manuel Martínez Flamarique es primo del nuevo gestor de Las Ventas, Martínez Uranga. Y es que Martínez Elizondo cuando iba por los baretos de San Sebastián en lugar de pedir potes (de vino) pedía choperas.

En cualquier caso, los nuevos gestores de la Plaza de Madrid han corrido al diario ABC; grupo Vocento, para desmentir toda relación con Florentino Pérez, presidente del Real Madrid cosa, que, como ellos mismo saben. Es falsa. Es verdad que el abogado Ramón Calderón está más próximo al inmobiliario Fernando Martín que al constructor Pérez, pero participa en la Junta Directiva del Real Madrid y el presidente del club incluso se planteó la posibilidad de participar en la gestora de Las Ventas. Al final no lo hizo, entre otras cosas porque todo el mundo conoce que el presidente del Club Taurino de Madrid, Pedro Antonio Martín Marín, al que el Gobierno Zapatero expulsó injustamente de la presidencia de Hispasat, mantiene unas excelentes relaciones con Florentino Pérez. Otras candidaturas podrían haber impugnado la cuestión.

Lo que está claro es que ni TauroVentas, la empresa adjudicataria de los Choperitas, ni el propio Calderón disponen de liquidez suficiente para financiar la operación. Ojo, liquidez para financiarla: la rentabilidad sí está asegurada, y el prestigio social y los contactos que comporta, aún más.