Hablábamos en la anterior edición de Hispanidad de Autogestión, la revista del Movimiento Cultural Cristiano (MCC), raíz del partido político SAIN. Si ayer aludimos a su defensa de la vida hoy toca referirse a su antodenominación de 'socialistas' -no confundir con el social-progresismo del PSOE o de IU-. Otro trabajo del mismo número de los hombres del MCC llevaba por título "El mundo será autogestionario o no será".  

Definición de autogestión: "Sólo por el hecho de ser persona se tiene el derecho a decidir cuáles deben ser las directrices fundamentales de su vida". Ahí es donde yo entiendo -seguro que ellos se niegan a aceptarlo- que Autogestión se parece a la idea liberal de la propiedad privada pequeña. Y ambas ideas se incluyen dentro de la Doctrina Social de la Iglesia.

Por ejemplo, sigo leyendo lo que los autores, Víctor García y Carlos Llarandi, aseguran ser los dos principios básicos de la autogestión: la subsidiariedad y la solidaridad. En efecto, la subsidiariedad es la clave de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI): lo que pueda hacer el individuo que no lo haga el Estado y, más importante, lo que pueda hacer lo pequeño que no lo haga lo grande.

Por eso Autogestión pelea contra los oligopolios de las grandes corporaciones empresariales así como contra los oligopolios informativos o políticos, que son los que acaban conformando el pensamiento débil y luego el pensamiento único, por lo general, cristófobo, porque se opone a la libertad de los hijos de Dios. La prensa independiente o los partidos políticos extraparlamentarios, serían partidos 'frikis', desdeñables.

En cualquier caso, es ahí donde, creo, aunque mucho me temo que no voy a encontrar 'quorum' en la izquierdista SAIN, que autogestión y liberalismo concluyen en algunos puntos.  

En cualquier caso, ojalá existieran muchos 'saines', en verdad cristianos, en verdad de izquierdas.

Eulogio López

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