Cuando una decisión política necesita mucha explicaciones es que se trata de una mala decisión. O lo que es peor: una decisión incoherente.

No me gusta Javier Ortega Smith, porque creo que representa el ala nacionalista de Vox y no su ala cristiana. Pero, en cualquier caso, Ortega ha estado más firme en el Ayuntamiento de Madrid que Rocío Monasterio -una gran decepción- en la Comunidad. Ortega se ha negado a negociar con Martínez-Almeida y el señor alcalde se ha ido a pactar con los herederos de Manuela Carmena.

Los comunistas de Manuela Carmena le obligan a no bajar el IBI y a homenajear a Almudena Grandes, una de las más vulgares cristófobas de los últimos años

En otras palabras, el pepero Almeida ha acordado con los neocomunistas (neocom) herederos de Podemos. Con ellos ha aprobado los Presupuestos del Ayuntamiento de Madrid para 2022 porque él se debe a los madrileños, repite en un tono que resulta cansino ya antes de la primera reiteración.   

Es exactamente el mismo argumento que Pedro Sánchez utiliza para justificar su alianza con comunistas, separatistas y hasta filoetarras: es lo que quieren los españoles, lo hago por ellos.

En resumen, Almeida ha pactado con Podemos y con ello decreta el todos contra Vox, afianzando a Santiago Abascal como el único partido que defiende los principios cristianos (con muchos fallos, que conste).

El antiguo alumno de Retamar se queda lejos del éxito de Díaz Ayuso: ¿Por qué será?

Al tiempo, los excomunistas de Manuela Carmena le obligan a no bajar el IBI, uno de los impuestos sobre el patrimonio, es decir, de los gravámenes más injustos y a homenajear a Almudena Grandes, una de las más vulgares cristófobas de los últimos años.

Para Pablo Casado el cuerdo de Madrid es un desastre, aunque él mismo ha dado el visto bueno. El compromiso histérico de  Almeida será copiado por todos los progres peperos: Feijóo, Moreno o Mañueco. Es decir, se culmina la descristianización y desideologización del PP, convertido en una maquinaria de poder sin principios.

A todo esto, según las encuestas, el antiguo alumno del colegio Retamar se queda muy lejos del éxito de Díaz Ayuso: ¿Por qué será?