El crecimiento económico de un país no sólo se mide con el PIB, como pretende hacernos ver el Gobierno socialista-comunista de Pedro Sánchez. La economía española puede ir como un cohete, con crecimientos superiores al 3%, pero si la renta de cada español no aumenta, no sirve para nada. Por cierto, el tan aclamado crecimiento es gracias al gasto público (deuda), al aumento de la población inmigrante (somos más y producimos más) y al turismo, que se está ralentizando.

Al estancamiento de la renta per cápita hay que añadir la parálisis empresarial que vivimos. No lo digo yo, sino Ignacio Rivera, presidente del Instituto de la Empresa Familiar y presidente del grupo Hijos de Rivera (Estrella Galicia).

“El país está bloqueado”, afirmó Rivera el miércoles, durante un encuentro con la prensa para presentar el informe ‘El futuro de la Empresa Familiar’, elaborado por McKinsey. “Ya estamos en un proceso de elecciones lo cual no es muy bueno”, señaló.

Entonces, ¿seguro que España va bien? La renta per cápita de los españoles sólo ha aumentado un 1,6% durante los últimos 15 años -muy por debajo de la inflación- y las empresas no invierten para el futuro, sólo sobreviven como pueden, al presente.

“Europa, como no espabile, tendrá un problema importante”, advirtió también Rivera. Lo malo es que no parece que esté espabilando. Bruselas continúa enredada en su propia burocracia, que no le deja avanzar aunque se lo propusiera. Falta liderazgo en Europa. Parece como que los partidos envían a Bruselas “listas de políticos que sobran”, según el empresario.

España va mal y Europa, peor.