Está muy bien que Feijóo recuerde que la nacionalidad española no es cualquier cosa. Pero me temo que la política migratoria de Feijóo, que el Gobierno ya se ha apresurado a calificar de ultraderechista y no se sabe cuántas estupideces más, no aclara muchas cuestiones. 

Sobre la inmigración hay dos mentiras de signo opuesto. Los progres aseguran que hay que dejar entrar a todos porque todos son buena gente y vienen con buenas intenciones, además de mejorar nuestra economía y pagar nuestras pensiones. 

Es falso, naturalmente. Los emigrantes cometen muchos más delitos que los españoles. Supongo que no puede ser de otro modo pero negarlo es mentir. 

La receta del PP para inmigración: si usted no tiene trabajo, se marcha; si tiene trabajo, se queda. No basta. De qué tipo de trabajo habla Feijóo y cómo se ha conseguido: ¿en origen o ya en España?

En segundo lugar, como recuerda Núñez Feijóo, hay que recibir al emigrante con los brazos abiertos pero, al mismo tiempo, hay que exigirle que respete a los naturales de aquí. Sí, el mejor ejemplo es la falta de respeto de los musulmanes a las mujeres españolas, lo que ha disparado el número de violaciones. A eso hay que ponerle remedio y en esto el PP copia a Santiago Abascal: el que delinque, deportado. 

El problema es que deportar a un sinvergüenza no es tan fácil porque se las sabe todas. En primer lugar te dirá que es menor. En segundo lugar, no te dirá a dónde hay que deportarle y, en tercer lugar, suponiendo que se sepa, a lo mejor su país no le quiere o es su país el que le ha empujado para librarse de él y que fastidie a los españoles. En cualquier caso, esto significa que el PP está, de nuevo, copiando a Vox diciendo que no le copia, por la sencilla razón de que las encuestas convencen a Génova que la gente se está hartando de la interesada estupidez de Pedro Sánchez sobre la inmigración ilegal.

En cualquier caso, la receta del PP para inmigración: si usted no tiene trabajo se marcha, si tiene trabajo, se queda. No basta, queridísimo Alberto. ¿De qué tipo de trabajo hablamos y cómo se ha conseguido, en origen o ya en España? Por no hablar de cómo se comporta el emigrante que sí tiene trabajo pero odia, el trabajo da de comer pero no redime. 

Pero sobre todo: ¿qué hacemos con los cinco millones de ilegales que ya han entrado en España? No lo calculo yo, lo calcula el Ministerio del Interior. Sánchez está feliz, porque a él nunca le van a atracar en la calle, va rodeado de un servicio de seguridad, y esos inmigrantes, desesperados o rabiosos, pululan por las calles y contribuyen, vía consumo, al crecimiento del PIB del que tanto se enorgullece Sánchez... pero ni de coña, la otra gran mentira, pagarán loa 13.000 millones de euros mensuales de la nómina de las pensiones, por 14 pagas. Sus salarios, en el caso de que los tengan, nunca darán para tanto.

En plata: hay que evitar la entrada de ilegales... por las buenas o por las malas. Por dos razones: porque la ley hay que cumplirla o cambiarla y, en segundo lugar porque el ilegal suele ser violento. No todos, claro, sólo la mayoría

Volvamos a jugar con inmigración legal e ilegal. Bienvenido todo aquel emigrante que entre por la frontera, legalmente, y se ponga a trabajar, de aquellos que quieren venir a ganarse la vida o huyan de la persecución. Mismamente, los cristianos perseguidos por razón de su fe en Asia y África. Pero de eso nunca habla Grande-Marlaska.

Resumen: lo de Sánchez con las inmigración s demagogia pura que, además, no le durará mucho porque el estallido social es inminente. En plata: hay que evitar la entrada de ilegales... por las buenas o por las malas. Por dos razones: porque la ley hay que cumplirla o cambiarla y, en segundo lugar porque el ilegal suele ser violento. No todos, claro, sólo la mayoría.

En emigración, lo de Sánchez es caradura, utilización de la desesperanza en beneficio propio. Lo de Feijóo es miedo a perder votos si no reacciona. Lo de Vox es la postura adecuada, que todos asumirán tarde o temprano, pero a la que le falta concreción

En emigración, lo de Sánchez es caradura, utilización de la desesperanza en beneficio propio. Lo de Feijóo es miedo a perder votos si no reacciona. Lo de Vox es la postura adecuada, que todos asumirán tarde o temprano, pero a la que le falta concreción.