
El mismo Papa Francisco, siguiendo la línea de san Juan Pablo II, pidió perdón por las ofensas y pecados de algunos hijos de la Iglesia, pero con firmeza alabó el gran testimonio de obispos, sacerdotes, religiosos
Sr. Director:
Cuando San Juan Pablo II visitó a México el 9 de mayo 1990 calificó como hermosa en su conjunto la evangelización y culturización de España en las naciones hispanoamericanas pese a las sombras que no faltaron; para el gran Papa la herencia española fue una intervención providencial, porque la gracia de Dios siempre triunfa sobre los pecados e injusticias de los hombres. Esta fue la respuesta que el gran Papa polaco dio a la carta de unos 500 sacerdotes que le pedían un compromiso especial más solícito a favor de los indígenas. El Papa valoró también la defensa que el obispo de Chiapas, el dominico Fray Bartolomé de las Casas hizo de los indios por la avaricia de algunos aventureros codiciosos.
El mismo Papa Francisco, siguiendo la línea de san Juan Pablo II, pidió perdón por las ofensas y pecados de algunos hijos de la Iglesia, pero con firmeza alabó el gran testimonio de obispos, sacerdotes, religiosos (franciscanos, dominicos, jesuitas y carmelitas, agustinos) quienes durante siglos e incluso hoy consagraron y consagran sus vidas al evangelio en defensa de los más pobres y vulnerables.
Otra cuestión muy diferente es la leyenda negra que los enemigos de España han confabulado y que algunos políticos de hoy mantienen como se ha visto en la concesión del Premio Nobel de la Paz a M. Corina. No faltan personas que desde una ignorancia supina de la realidad repiten las mismas mentiras y los mismos tópicos reaccionarios. El gran legado de España y de la Iglesia persiste en la gran herencia cultural: colegios, hospitales, universidades, iglesias y catedrales: una síntesis maravillosa del mestizaje y respeto a los indios como lo dejó expresamente redactado la Reina Isabel en su testamento.
Esta leyenda negra contra la Hispanidad, ha sido totalmente desmentida, por prestigiosos historiadores como Arnold Toynbee quien afirma: “En lugar de que los indígenas aprendieran la lengua española, los misioneros aprendieron sus lenguas y lo hicieron con tanto vigor y decisión que dieron gramática, sintaxis y transcripción idiomas que, en muchos casos, no había tenido hasta entonces forma Escrita. Fue precisamente Felipe II quien ordenó:” No parece conveniente forzar a los indios a abandonar su lengua natural; solo habrá que disponer de unos maestros para los que quisieran aprender voluntariamente nuestro idioma” La Hispanidad es como afirmó su gran Poeta Rubén Darío: “Sangre de Hispania fecunda, sólidas e ínclitas razas, muestren los dones pretéritos que fueron su triunfo: Y así sea esperanza la visión permanente en nosotros. Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda”. Es la América que creen en Jesucristo y habla español.









