Jennifer Gates se ha casado con Nayel Nassar, jinete egipcio. En primer lugar, en una ceremonia islámica, en segundo lugar, creemos que en una ceremonia civil, fue donde se celebró el banquete.

Pues bien, no es por malmeter pero el matrimonio islámico (al menos, algunos ritos, que hay muchos, tantos como escuelas coránicas) la mujer no pierde todos los derechos de propiedad… porque nunca los ha tenido. Tratándose de la heredera del plutócrata… podrá tener su interés.

En cualquier caso, Bill Gates estuvo feliz según cuentan las crónicas. Y es que el hombre más rico del mundo, ahora superado por Jeff Bezos, otro sujeto peligroso, es decir, el gran plutócrata del Nuevo Orden Mundial, nos ha dado otro ejemplo del multiculturalidad que, como su mismo nombre indica, significa creer en todo, mucho mas práctico que no creer en nada. 

Lo único malo que tiene creer en todo es que no se puede ser coherente con nada. 

Además, como decía Chesterton, rehuid que el que no cree en Dios acaba creyendo en cualquier cosa.