HSBC, Barclays, Lloyds, RSB y poco más. Era el cuarteto que formaba el oligopolio bancario británico. Vino la crisis y aquellos cuatro monstruos empezaron a entrar en picado. No sólo eso: resulta que las propias autoridades británicas y comunitarias (al de las ayudas) obligaron a vender activos a los cuatro grandes y algunos menos grandes. Por eso, por ejemplo, nació el TSB; como escisión del Lloyds que ahora ha adquirido el Sabadell. Lo curioso es que España siguió el camino opuesto. Tenía la maravilla -sí maravilla- de sus cajas de ahorro pero se empeño en destruirlas y fusionarlas, como si fusionar entidades solucionaran los problemas de ambas: más bien los multiplica. Y así, los ingleses salen del oligopolio bancario mientras los españoles lo creamos. Ahora, ellos van por el mejor camino. Hispanidad redaccion@hispanidad.com