El escándalo Urdangarín se está magnificando... porque a cierta opinión influyente le interesa que se magnifique. Y, también, porque la gestión de la crisis por parte de una Familia Real dividida, de una futura Reina de España especialmente integrante y de intereses periodísticos y políticos no hace más que echar leña al fuego y, de vez en cuando, gasolina.
Por ejemplo, los nacionalistas de CIU, y en concreto el democristiano de la coalición catalana, Josep Antoni Durán Lleida ha utilizado el Caso Urdangarín para conseguir réditos políticos tras las últimas elecciones.
En concreto, lo que Durán ha planteado, también en una reunión con un Consejo de Redacción de un importante medio de comunicación español, es que si el Gobierno Rajoy le deja fuera del escenario político y si se niega al pacto fiscal que reclama la Generalitat será él, con apoyo de otras minorías, quien solicite cambios en la Constitución de 1978. Y la amenaza más seria: si Rajoy persiste en su proceso re-centralizador, iniciado con la elevación al texto constitucional de la ortodoxia fiscal, CIU podría solicitar, o hacer que otros grupos nacionalistas, o a Izquierda Unida, solicitaran un referéndum para elegir entre Monarquía y República. Y, de paso, República federal.
Y es que en CIU ha cundido la convicción de que la reforma del Estado, quizás la más importante de todas, será realizada al alimón por PP y PSOE y que CIU se quedará fuera. El Caso Urdangarín viene de perlas para sabotear ese proceso de empequeñecimiento del Estado y, no nos engañemos, de devolución de competencias, o al menos del control sobre las mismas, desde las Comunidades al Estado central.
Por contra, si Rajoy acepta sus condiciones, CIU estaría dispuesta a entrar en el Gobierno de España, algo que José María Aznar ya ofreció a Durán Lleida, al que propuso ser ministro de Asuntos Exteriores, aunque Jordi Pujol se negara a ello.
Y todo ello en el peor momento, cuando se acaba de constituir un congreso, mañana del martes 13, en el que veinte diputados, de cinco grupos distintos, han prometido la Constitución muy a su pesar, 'por imperativo legal'.
Por otra parte, SM el Rey, enfrentado a todos, busca ahora lo que nunca buscó: el apoyo del Partido Popular. Es la primera vez que lo hace durante su reinado. Lo cierto es que el monarca siempre se ha entendido mejor con el PSOE que con el PP, pero el Caso Urdangarín y las maniobras de su nuera, Doña Letizia, para que abdique, le han dejado sólo ante el peligro.
Eulogio López
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