El Banco de Valencia fue intervenido por el Banco de España el lunes postelectoral, pero a petición del propio Rodrigo Rato.
La historia es muy sencilla. La agencia de riesgo Moody's advirtió que iba a reducir la calificación de Bankia, lo que hubiese dificultado el acceso de Bankia al Banco Central Europeo (BCE).
Así que Rato pidió al Banco de España que interviniese la entidad al tiempo que pedía a Moody's que detuviera su decisión hasta pasadas las elecciones. Con ello, eso sí, Bankia se libró de un peso muerto.
Pero el asunto ha tenido continuidad. En otras palabras, ha sorprendido la visita de Rodrigo Rato a la sede del Partido Popular para entrevistarse con Mariano Rajoy. Oficiosamente, el motivo era, precisamente, el Banco de Valencia. Ahora bien, a muchos operadores del mercado no les ha gustado que el presidente de un banco cuya filial ha sido intervenida por el FROB visite al presidente del Gobierno entrante.
Para entendernos, la situación del sector bancario español se ha deteriorado tanto durante los últimos meses que muchos dudan de la viabilidad en solitario de Bankia, tercer grupo del sector. Una fusión con Caixabank es la que menos sentido tendría de todas, una fusión con el BBVA se encuentra con la oposición de Francisco González, el banquero favorito de Rajoy pero que no está dispuesto a jubilarse y ceder el puesto a Rato. El otro objetivo sería el Santander, con un presidente que afronta una imputación fiscal y un consejero delegado condenado por el caso Olabarría. Lo cierto es que aunque en su momento Emilio Botín llegó a pensar en retirarse junto a su hombre de confianza y ceder el testigo a Rodrigo Echenique como presidente y Francisco Luzón como primer ejecutivo, al final, Sáenz y Botín decidieron hacerse fuertes en la cúspide. Alfredo Sáenz confía en que el indulto por el caso Olabarría, donde fue condenado por el Tribunal Supremo, sea firmado por Zapatero el viernes 25, antes de marcharse de Moncloa, camino de Ferraz.
Y es que Mariano Rajoy sólo está enfadado con un gran empresario español: con Emilio Botín, por el apoyo explícito de éste al Gobierno Zapatero. Ahora bien, una cosa es que el cántabro esté dispuesto a apoyar al nuevo Ejecutivo del PP, por ejemplo en la reconversión financiera, y otra que le ceda el banco a Rodrigo Rato a través de una absorción de Bankia por el Santander. Eso es pedir demasiado.
Por otra parte, Rato todavía no ha dicho su última palabra como posible futuro ministro de Economía. Así que ahí le tienen: entre el Gobierno y el Santander.
Eulogio López
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