El IV Reich avanza. Angela Merkel ya ha conseguido cambiar primeros ministros en Irlanda, Portugal, España, Grecia e Italia. En estos dos últimos países, sin el trámite de pasar por las urnas, es decir, a dedo.

Pero la emperatriz de Aleuropa no se conforma. Veamos, con el euro la Unión Europea perdió toda noción de solidaridad y los especuladores de los mercados financieros -los mejores amigos de los especuladores públicos o políticos, los que endeudan a sus ciudadanos- han impuesto su ley. La Europa de la solidaridad, la de los padres fundadores, continúa con su presupuesto común, el instrumento común de esa solidaridad, congelado. Ahora ya no trasfiere fondos desde los países ricos a los pobres, sólo avales financieros, es decir, capacidad de endeudamiento.

Pues bien, ahora Merkel no sólo quiere que toda Europa renuncie a la soberanía monetaria, también quiere que renuncien a su soberanía impositiva, bajo la eufemística denominación de Convergencia fiscal. La verdad es que si Bruselas va a ser quien imponga la política fiscal a los estados miembros lo mejor sería que suprimiéramos los ministerios de economía. ¡Ojo! Y lo quiere para 2012, ahí al lado.

Insisto: no se equivoquen: los alemanes no quieren una Europa de dos velocidades. Lo que quieren es una sola Europa muy unida… bajo la égida de Berlín, naturalmente.

Por cierto, doña Ángela: si se nos pide convergencia monetaria y fiscal, ¿por qué no proponer, para 2012, la convergencia salarial? Digo, porque el salario medio español no alcanza el 60% del salario medio alemán.

Lucas Papademos y Mario Monti, nuevos premieres de Grecia e Italia por la gracia de Angela Merkel y con el apoyo de Barack Obama no son sólo dos tecnócratas sino, ante todo, dos miembros de la Trilateral, uno de los muchos organismos del Nuevo Orden Mundial (NOM). Felicito al diario El Economista por haber resaltado este punto.

Eulogio López

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