Sr. Director:
Es peligroso intentar construir un mundo feliz a través de la ideología, porque la ideología es más rígida que la religión, no en vano es un invento humano reduccionista. Y en su reducción de la vida tienden a construir mundos felices sólo para unos pocos, los que comparten la ideología dominante. Por eso son tan peligrosos.
Cuando la ideología es de clases o de partido o de raza se eliminan hombres y mujeres adultas, también niños, pero son personas con rostro. Así lo hicieron Hitler, Stalin y muchos otros.
Ahora la ideología es más abstracta y toma el nombre de "vida saludable", con ese fin se eliminan a los enfermos, a los niños que van a nacer con alguna tara y, también, a los niños que irrumpen en la vida sin ser llamados, aunque sus padres algo debieron hacer para que comenzaran su andadura.
A estos nuevos ideólogos les diría: no os empeñéis en construir un mundo feliz cuando esa construcción exige eliminar vidas sobrantes. Ese mundo no es mas que un infierno. Tampoco lo construyáis sin Dios, porque será un mundo sin esperanza. Y tampoco lo construyáis de espaldas a cómo es el hombre porque entonces será deprimente.
Buscad que haya buenos ciudadanos, personas que amen a Dios y a los hombres. Sólo así se establecerán los lazos del amor, de la esperanza, del consuelo. Y ellos llegarán a donde nunca podrá llegar un Estado Moderno, llegarán a dar consuelo a los corazones, compañía a las personas y razones para afrontar con esperanza el último e inevitable momento.
En definitiva, unid todos los esfuerzos posibles para que el mundo sea más feliz: humanidad, ciencia, religión, pero no excluyáis a nadie, a ningún ser humano de ese intento.
Federico Rodríguez De Rivera
rodriguezderivera.federico@gmail.com