Sr. Director:
Soy profesora de Filosofía en un instituto y desde que empecé a dar clases me ha correspondido impartir la llamada "Alternativa a la Religión". Una asignatura que ha sido un saco donde hacer y deshacer lo que a uno le dé la gana. A mí no me ha dado la gana de que mis alumnos se apoltronaran sin hacer nada y cada año he intentado programar la asignatura y la he calificado, ¡aunque no cuente para la media!
El Gobierno que se percató de los agujeros negros de la LOGSE se mostró prudente en sus cambios hacia la LOCE. Para el próximo curso 2004/2005, entre otras cosas, se iba a "iniciar" una mejora clara para esta asignatura. Hasta el presente curso, el alumno escogía entre Religión Católica y la Alternativa antes citada. Y por fin, la Alternativa se iba a considerar una asignatura en igualdad de condiciones que las demás. Iba a tener como contenido Cultura Religiosa, una cultura a la que tienen derecho todos los españoles y negada por la LOGSE. En un mundo multicultural, abierto y plural esta asignatura se presentaba como un apoyo a la comprensión de la sociedad en la que vivimos. A la vez, la Religión Católica también contaría para la media, algo que aún no se había llegado a hacer. Ambas asignaturas tienen mucho que aportar a los jóvenes de hoy.
Marta Aresté