Pongamos las cosas en su sitio. Hacienda tiene afán recaudatorio. Es su fin social: recaudar. ¿Es confiscatorio? Si entendemos que Hacienda se ceba en las clases medias mirando para otro lado ante la masiva deslocalización financiera a los paraísos fiscales, sí.
Pero la bronca de los inspectores de Hacienda es puramente laboral y profesional. La idea del Gobierno para combatir el fraude es exigir a los inspectores un 15% más de productividad para cobrar sus pluses. Es decir, si quieren seguir ganando como hasta ahora, deberán de recaudar 4.000 millones de euros más. Mucho dinero. Y mucho trabajo. Y es cuando los inspectores han saltado. No es que el Gobierno pretenda ordeñar la vaca que también. Es que los inspectores se niegan a trabajar más por el mismo sueldo. Así de sencillo.