Al parecer, a sus fraternales socios de Vivendi son más duros negociadores que Telefónica, que se escuda detrás de ellos para no pagarle el impuesto revolucionario al multimedia de los Polanco. Al final, la cifra que se barajaba ayer y que hizo subir un 19% la cotización de PRISA no está alejada de la realidad: Vivendi y Telefónica pagarían 2.300 millones de euros por la plataforma de TV de pago.
Ahora bien, Vivendi ya ha dejado claro que hablamos de valor-empresa y que no aceptará que se le impute a la plataforma ni un euro más de 800 millones de euros, en concepto de deuda. En otras palabras, que estaría comprando por 1.500 millones.
Todo parecía listo para el acuerdo... pero no. Con ese dinero es cierto que PRISA obtiene un respiro en su deuda próxima a los 6.000 millones, pero no lo suficiente.
Es entonces cuando Cebrián exhibe una nueva navaja: pretende que Telefónica, para Imagenio -el IP-TV de la operadora- le compre derechos de emisión por 500 millones de euros anuales, es decir, 2.500 millones durante un lustro.
Ni tan siquiera sabemos de dónde proceden esos derechos, que se suponen iban subsumidos en la plataforma, ni tampoco está claro que PRISA posea ahora mismo derechos.
Lo único que sabemos en este perro mundo es que Janli Cebrián y los Polanco, pueden hacerse daño al andar, dado que corren el serio peligro de pisarse su larga, y pétrea, cara al caminar.