El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha archivado dos causas contra el diputado de Izquierda Unida en Andalucía, Juan Manuel Sánchez Gordillo. Es inocente de las presuntas, ya no presuntas, coacciones durante la huelga general del 9 de marzo, cuando lideró un piquete informativo en distintos establecimientos -el más conocido, cuando se llevaron alimentos sin pagar de Mercadona-.
Según el juez Miguel Pasquau, las amenazas son propias del ambiente de represión que ejercen los piquetes informativos en una huelga, de lo que deducimos que su señoría no tiene claro el concepto 'información'.
Pero es que, además, Gordillo, con un buen sueldo de diputado, no amenazó a nadie. Simplemente dejó que sus chicos lo hicieran mientras él aplaudía, allí, al fondo. Es un padrazo.
El fallo ha sembrado una cierta intranquilidad, que se deduce de la impunidad. Gordillo, el último proletario, aunque no el último proletario aforado, lucha por los pobres quitándoselo a los ricos (el dueño de Mercadona, Juan Roig, está forrado), no para dárselo a lo pobres (todavía desconocemos quién se comió los alimentos de Mercadona) sino para dar ejemplo de la lucha interminable contra el gran capital.
En cualquier caso, Su Señoría ha sentado jurisprudencia de la buena: ya sabemos a qué se dedican, sobre todo, a qué pueden dedicarse, los piquetes periodísticos, es decir, informativos. El titular es: "Te informo de lo que puede ocurrirte como no hagas lo que yo te ordeno".
Pero más preocupante que el asunto Gordillo me parece el asunto de Francisco González (en la imagen), presidente del BBVA. Consciente de las dificultades que atraviesan muchos españoles por eso de la crisis, FG ha decidido rebajarse su sueldo de 2012 un 20%. Sólo ha recibido 3 millones de euros más otro millón en acciones, aunque éstos corresponden al ejercicio 2011. Y lo mejor de todo: su pensión ya alcanza los 80 millones de euros. Y eso después de que, tres años atrás, Mariano Rajoy le aconsejara que renunciara a su blindaje -que amenazaba con alcanzar otros 80 millones de euros- para que no le sacaran los colores por su amistad con el susodicho banquero.
¿Para qué quiere cobrar una pensión de 80 millones de euros un señor que no se piensa jubilar y que cuenta con 68 años de edad
Lo peor de Gordillo es la impunidad jurídicamente refrendada. Lo peor de FG es la impunidad no decidida por sus dueños: los accionistas del BBVA.
Eulogio López
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