A este consenso se sumó Polonia con el triángulo de Weimar. Y el pasado lunes, el ministro de Exteriores británico Jack Straw dedicó unas desafortunadas palabras sobre la ausencia de colaboración española a los presupuestos de la Unión: España no ha dedicado ni un penique. Un argumento contundente para seguir defendiendo el denominado cheque británico sin el cual afirma- Gran Bretaña habría colaborado 17 veces al presupuesto de la UE que lo que lo habría hecho Francia y Alemania.
Así las cosas, la negociación no va por buen camino. La propuesta luxemburguesa contemplaba sólo dos años de prórroga para los fondos de cohesión españoles. Pero también esta fue rechazada. Y en la mañana del martes, MAFO mostraba su esperanza de que el asunto se resolviese en el mes de junio para que las distintas administraciones implicadas pudieran programar. Es decir, incluirlas en sus presupuestos. Ya saben: cuestión de técnicos: lo importante no es que entre el dinero, sino que avisen con tiempo si no va a entrar. Muy consolador. Nos tememos que las distintas administraciones deberán de hacer como las empresas españolas con inversiones en Argentina: provisionar el 100% de los activos de manera que todo beneficio sea a más a más.