En septiembre, hay 15,9% menos de hipotecas sobre vivienda.
La caída del mes de septiembre es el quinto mes consecutivo, según los datos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE). La burbuja financiera, por lo tanto, no ha terminado, sino que sigue su curso.
Cerca de un millón de viviendas (938.000 según un informa de Catalunya Caixa) están todavía sin vender, con el círculo vicioso que eso implica. El hecho de no vender las viviendas que están en stock conlleva que no se construyan nuevas viviendas. No hay más que ver las cifras de construcción: en 2006 la producción de nueva vivienda fue de 665.000 y en 2010 se ha pasado a construir solamente 71.000 y se prevén 72.000 para 2011.
Ante esta sobre abundancia, lo promotores no pueden pagar a los bancos y se genera la famosa mora de las entidades (hay que tener en cuenta que los compradores no suelen tener esa mora, pues una persona de la calle hace lo que sea, hasta no comer, para poder pagar la hipoteca del piso). Y el parón en la construcción es lo que ha inflado considerablemente las cifras del paro, ya que muchos de los trabajadores no tienen la formación para emplearse en otras labores).
Con este panorama es comprensible que el número de hipotecas descienda ya que ni los bancos quieren dar créditos para las hipotecas ni la gente tiene dinero para poder hipotecarse. Y mientras todo esto sucede, la burbuja inmobiliaria, no crece ni desaparece, sino que se mantiene.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com