El rotativo madrileño ha tenido un EBITDA negativo de 15,2 millones de euros y los despidos han costado 27 millones de euros. El enfrentamiento entre los hermanos Ybarra paraliza los cambios en la gestión. Los dos modelos: o deuda para no pagar (El País y El Mundo) o pérdidas (ABC).
Durante los nueve primeros meses de 2010, el grupo Vocento ha perdido 13 millones de euros, según los resultados remitidos por la entidad cotizada a la CNMV. El ABC, un ejercicio más, constituye la pesadilla del grupo: su EBITDA es negativo en 15,2 millones de euros y se ha gastado 27 millones de euros en la reestructuración de personal, sin que la consiguiente reducción de costes haya servido para equilibrar el balance. Todo ello después de una ingeniería contable que imputa costes del ABC al resto de la prensa regional, mucho más saneada. Y ojo, porque este año 2010 ya no le queda nada por vender. En definitiva, todo hace presagiar un nuevo ejercicio sin dividendo y con números rojos próximos a los 20 millones de euros. Dicho de otra forma, el ABC arrastra a Vocento hacia el desastre. Y lo peor es que la tentación eterna de desgajar el ABC, sea con Rupert Murdoch o con Jaime Castellanos como comprador, se encuentra ahora con una dificultad añadida: el problema de ABC no es la deuda ni los costes, sino los ingresos. Y es en ese punto donde los compradores se retraen.
Por lo demás, desde septiembre, el consejero delegado, José Manuel Vargas, ha incrementado su técnica de vender conjuntamente el ABC con varios regionales, imputando las ventas al ABC y reduciéndolas en los locales. Ahora mismo, la media diaria de ejemplares vendidos con esta técnica supera los 30.000 ejemplares.
Por otra parte, cuando parecía que las familias propietarias (principalmente los Ybarra, los Urrutia y los Bergareche) llegaban a un acuerdo sobre la necesidad de cambiar al consejero delegado, José Manuel Vargas, han vuelto a surgir discrepancias, no ya entre las dos ramas de la familia Ybarra -principal accionista- sino entre los dos hermanos Ybarra Churruca, es decir, Emilio y Santiago. El testamento de su madre, Dolores Churruca, que legaba su herencia a los nietos, ha vuelto a disparar los roces entre los hermanos Ybarra, al tiempo que paraliza cualquier ascenso de los dos hijos de Emilio Ybarra -su hermano Santiago no tiene descendencia- a la consejería delegada. De esos dos hijos, Ignacio, es consejero de Vocento y el otro, Emilio, forma parte del equipo ejecutivo.
La crisis de la prensa en soporte papel entra así en una nueva dimensión en la que pueden distinguirse dos modelos, más que de gestión, de agonía, y que podríamos resumir así: o pérdidas o deuda. Vocento puede presumir de tener una deuda mínima, sin embargo PRISA posee unos pasivos que rozan los 6.500 millones de euros y Unedisa (editora de El Mundo, Expansión y Marca), asumió una deuda de más de 1.000 millones de euros tras la compra de Recoletos. Las cifras de El Mundo aún son más difíciles de elaborar porque, en casa del herrero cuchillo de palo, no hay empresa menos transparente que la que exige transparencia máxima a los demás: es decir, la prensa. Las cuentas de Rizzoli, propietaria de El Mundo, y que por tanto cotiza en Milán, no en Madrid, ocultan cualquier información desagregada sobre su filial El Mundo y sobre la deuda que soporta.
En cualquier caso, optar por la deuda (El País y El Mundo) representa una desfachatez mayor que optar por los números rojos y la venta de activos (ABC), porque todo el mundo sabe que los medios son clientes un tanto especiales de la banca, siempre dócil cuando se trata de apretarle las tuercas a los editores.
Eulogio López
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