"No lo dudes, toda calumnia es cierta". La frase, por lo demás genial, corresponde a Clemente Auger, quien fuera presidente de la Audiencia Nacional, amén de socialista de corazón, cabeza… y manos. Algo parecido puede decirse de la noticia con la que hoy abría el diario El País: "Gas Natural planea una gran alianza con Endesa y Aguas de Barcelona". ¿La información es cierta? No lo es hoy, pero puede serlo mañana. Es más, tiene más probabilidad de que llegue a ser cierta que de que no llegue a producirse nunca. Y además, qué chamba, lo ha dicho El País, en portada y a cuatro columnas.

 

Antes lo dijimos otros, por ejemplo Hispanidad.com (pinchen en Hemeroteca los días 3 de mayo: "Antes del verano, Gas Natural y Endesa no hablarán de fusión" y 17 de mayo: "Gas Natural piensa en Endesa, no en Iberdrola"). Pero Hispanidad no es el "Boletín Oficial" de El País, y nada es oficial en España hasta que no sale en El País, con el visto bueno del PSOE, o hasta que no lo dice un ministro socialista, con el visto bueno de El País.

 

Total, ¿es cierto? Sí, el proyecto es cierto, porque coincidían, parcialmente, las voluntades de La Caixa, principal accionista de Gas Natural, y las del ministro de Economía de Zapatero, José Montilla, deseoso de poner un grupo energético industrial de carácter integral (hidrocarburos más electricidad e incluso agua, "multi-utilities", que dicen los más horteras) en manos de La Caixa a quien el Tripartito catalán considera su buque insignia financiero.

 

¿Cómo se ha gestado esta noticia? Pues a través de la ligazón Prisa-PSOE, el PRISOE, el poder que ahora manda en España. Naturalmente, no es que el Ministerio de Industria haya utilizado a El País para lanzar la operación. A Montilla esa operación le gusta, por lo que no conviene reventarla en prensa. Simplemente, sus hombres no torcieron el gesto cuando se les preguntó por la postura del Gobierno. Al mismo tiempo, Endesa, en una situación de debilidad por Kyoto y por el hecho de estar presidida por Manuel Pizarro, cercano al Partido Popular, no ha levantado la voz más de lo necesario. Endesa sabe que siempre ha resultado muy apetitosa para los nacionalistas catalanes (en la política catalana, todo es nacionalismo, con la excepción del PP), por la sencilla razón de que es la eléctrica dominante en Cataluña. Es más, es posible que la defensa futura de la independencia de Endesa pase, precisamente, por una fusión de este estilo.

 

A partir de ahí, la noticia siguió su propio curso. La Caixa y Endesa la han negado, la primera de forma taxativa, pero aquí el periódico de Polanco cuenta con una baza muy clara: El tiempo les dará la razón. Recuerden que El País habla de "planificación" y de "alianza", términos muy vagos, que se refieren al futuro, no al presente. Y con otra más: ninguna noticia puede darse por cierta hasta que no recibe el desmentido oficial y categórico de sus protagonistas. Así se forjan, señoras y señores, las grandes noticias. Lo más probable es que esta información se haga realidad. Y no sería mala noticia, porque La Caixa ha demostrado su vocación industrial y no especulativa, cosa que es muy de agradecer.

 

Eso sí, Repsol YPF sería la principal perjudicada, porque es la pieza energética española más codiciada por las grandes petroleras del mundo, y necesitará otro apoyo, otro núcleo duro, que le proteja de agresiones exteriores. Y lo mismo puede decirse de la petrolera Cepsa y de la eléctrica Unión Fenosa.

 

Lo que está claro es que se impone la mezcla de eléctricas y petroleras.

 

Y lo que también está claro es que ha comenzado los cambios empresariales de la era Zapatero. Cambios que afectarán, sobre todo, a las empresas privatizadas y que utilizarán diversos instrumentos. A saber, las fusiones empresariales, la utilización de accionistas de referencia en empresas que se quieren conquistar y la incorporación de consejeros amigos en aquellas compañías que se estén planteando relevos en sus máximos órganos de gestión.