No obstante, la presidenta madrileña prefiere a Manuel Pizarro

En la CEOE se abre paso la candidatura de Magda Salarich, que cumple todos los requisitos. Arturo Fernández se posiciona... sin muchos apoyos, porque tiene nóminas que pagar. Santiago Herrero y Jesús Banegas se están quedando solos. Se busca un técnico, no un empresario para afrontar una reforma laboral mucho más avanzada que la propuesta por Zapatero.
Joan Rosell se vino a Madrid para entrevistarse con Esperanza Aguirre nada más ganar las elecciones de Fomento del Trabajo, la patronal catalana. En la mismísima sede de Génova 13 se entrevistó con la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, pues ambos son amigos personales.

Aguirre no le prometió nada y eso que es partidaria de que un catalán presida la patronal española, una forma más de integración. Y es que el núcleo duro de la CEOE no se resiste a Rosell por catalán o por catalanista sino porque consideran que se ha acercado demasiado al PSOE, especialmente a través del presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Javier Gómez Navarro. Ese fue el discurso de Rosell frente a Aguirre: marcar distancia con el Zapaterismo. En Diego de León 50 se ha llegado a recordar su escaso dominio del inglés.

En cualquier caso, Aguirre prefiere a su también amigo Manuel Pizarro, el ex presidente de Endesa, poco apreciado en Cataluña, tiene problemas personales para meterse en la batalla pero estaría dispuesto a entrar en liza (la presentación de candidaturas finaliza el 7 de diciembre) siempre que haya consenso sobre su nombramiento.

Quien sí está copando apoyos, y sin otro padrino que el propio núcleo de profesionales de la CEOE, es el nombre que adelantara Hispanidad: Magda Salarich. Mujer, catalana, con una carrera profesional de prestigio en la multinacional PSA y sus buenas relaciones con las patronales de distribución y con la bancaria. Además, es un técnico, no un empresario, pues tras la etapa Díaz Ferrán se pretende alguien que no tenga que pagar nóminas y que carezca de relaciones con sectores regulados o concesionarios de la Administración (así, de una sola vez, se quitan de en medio cualquier candidato procedente de Telecomunicaciones, energía, etc.).

Es justo lo contrario de la tesis defendida por Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña CEIM, para quien la patronal debe dirigirla un patrón que tenga nóminas que pagar, no un técnico. Pero Arturo Fernández no cuenta con muchos apoyos, como tampoco los tienen Jesús Banegas o Santiago Herrero, al que todos tildan de socialista rendido a José Antonio Griñán.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com