Este es un negocio para gente de veinte y treinta años. A los cincuenta ya no aguantas. Necesitamos un banco en la que tres cuartas partes del negocio Son frases del presidente Francisco González del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), que sólo está pendiente de una cosa: blindarse ante la salida del gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, y la llegada de un socialista al caserón de Cibeles en julio de 2006.
Lo cierto es que FG va a prejubilar en el banco se niegan a hablar de plan oficial, y las negociaciones se hacen uno a uno- a no menos de 30 cargos medios, en negociaciones estrictamente individuales. Se trata, principalmente, de jefes de área y jefes de zona. En otras palabras, el segundo escalón, el que saca adelante el banco. FG ya no se conforma con enviar a casa y seguir pagando a los mayores de 52 años (él cuenta 61) sino que ha decidido rebajar la edad del retiro a los 48 y su objetivo final, según fuentes internas de la entidad, es llegar aun plantilla donde se cuentan con los dedos de una mano los que pasan de los 45, con excepción del presidente y los consejeros, que pueden ser más provectos, dado que se rata de tareas más relajadas, resumidas en dos palabras mágicas: coordinación y planificación. Ya saben es un oficio para jóvenes capaces de trabajar muchas horas por menos dinero.
La mayoría procede del BBV, pero también hay amarillos de Argentaria. En cualquier caso, FG se asegura lealtad inquebrantable ante acometidas exteriores que van a llegar, especialmente cuando su amigo Jaime Caruana abandone el Banco de España, en julio de 2006.
Esos días en el BBVA se vive una verdadera carrera contra-reloj. Hablamos de 30 despidos que deberían estar cerrados el próximo lunes 19 para que puedan aprobados por los consejeros, que ese día se reunirán en Bilbao. A FG le encantan los despidos antes de vacaciones, más que nada para que la gente tenga tiempo de reflexionar. Si no le da tiempo a terminar el proceso, el asunto se dejará para enero, pero eso sería un fracaso para FG, ahora que ha logrado convencer a su segundo, el consejero delegado José Ignacio Goirigolzarri de los cambios en la cúpula, cuestión por la que llevan enfrentados más de un año.
Mientras tanto, y dado que algunos de los agraciados aún no se les ha comunicado el asunto nadie trabajar en el banco, donde reina una expectación silente y sufriente. El BBVA está paralizado por los rumores. Si tiene menos de 40 años, muchacho, estás llamado a ascender en BBVA, más que nada porque tus mayores estarán cuidando el jardín.
Ahora bien, el plan de prejubilaciones no sólo es una manía. Por lo que FG y Goiri llevan a la greña desde hace más de un año es por la obsesión del presidente de cargarse a todos los mejores colaboradores del consejero delegado, que es quien lleva el banco. En concreto, su obsesión principal es el director de Internacional, Vitalino Nafría, amigo personal de Goiri. De hecho, FG quería jubilarle a él y también a José María Abril, otro condenado, a sus 54 años de edad. Además, hay que recordar que otra de las piezas claves del banco, Julio López, fallecido recientemente, ha dejado un vacío difícil de llenar.
FG quería colocar a tres de sus chicos, llegados desde Argentaria o incorporados por él mism Eduardo Arbizu para Comercial, Ángel Cano para Banca al por mayor y Manuel González Cid en Internacional. Naturalmente, Goiri se negó a aceptar a ninguno de los tres. Que sí, que no, al final han llegado a un acuerdo. Fuentes internas de BBVA han comunicado a Hispanidad que la solución de compromiso ha consistido en volver al peine, un famoso instrumento de gestión que fuera utilizado cuando la fusión entre el Bilbao y el Vizcaya. Consiste en suprimir la cúpula y crear un peine de directivos que reportan directamente al consejero delegado. Eso supone que el poder que hasta ahora tenían el fallecido López, Abril y Nafría se repartirá entre un número amplio de cargos. Por ejemplo, ya no habrá división Internacional, sino que México cobrará vida propia. Gestión de Activos y Banca Privada aparecerá como una unidad, lo mismo puede decirse de la red de oficinas.
El peine no es un descubrimiento deslumbrante de gestión sino una forma de hacer de la necesidad virtud, dando cabida a los hombres de FG y a los de Goiri. Ahí aparecen nombres como los de Vicente Rodero, Jaime Guardiola (cuidado, está en los cincuenta, qué horror), Juan Asúa, Ignacio Sánchez Asiaín, etc.
Además, se busca un equilibrio entre gestión y administración. En otras palabras, si se echa a jefes de área denominación que se emplea para directivos de la Corporación- la balanza se inclinará hacia la gestión. Bellas palabras que no son sino otra forma de referirse a la más vieja, simple y eficaz estrategia de gestión: unos venden y otros menos en número.- vigilan a los que venden.