Para un ZP, ayuno de ideas, la sugerencia es tentadora. Al mismo tiempo, el titular de Fomento presentará un plan de avales para obra civil paralizada. Blanco está convencido que hay margen para aumentar déficit fiscal y la deuda. Salgado advierte contra la hipoteca futura
Pepiño Blanco es de los pocos ministros del Gobierno Zapatero que ha decidido quedarse sin vacaciones. En un Gobierno ayuno de ideas contra la crisis, él si tiene una que ofrecerle al presidente Zapatero para que éste retome el protagonismo político perdido, ahora que no queda nadie en España que no haya caído en la cuenta de que su política económica es un fracaso.
Se trata de acelerar la inversión y con ello el calendario- de la alta velocidad ferroviaria, ahora denominada de altas prestaciones. Toda una nueva red radial de ferrocarril que recorra todas las comunidades autónomas, con la proyección a Portugal y a Europa vía Francia.
Una inversión, además, con tecnología española (en vías, que no en trenes) que necesitaría más déficit público pero que podría dar el resultado apetecido. Naturalmente, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, se resiste pero, como siempre hace doña Elena, nunca se resistirá demasiado. Salgado tiene muy claro que lo importante de un cargo político es mantenerse en el mismo el mayor tiempo posible.
Al mismo tiempo, Pepiño también ofrece a ZP un acelerón en el plan de obra civil, con avales públicos que dinamicen las obras ahora paralizadas. Es lo que le piden los constructores para reactivar la obra en infraestructuras.